Jorge Andrés Alzate Ríos, Alzate, nació en Medellín el 28 de septiembre de 1980. Es uno de los cantantes y compositores populares más exitosos del país.
La música se le atravesó desde niño. A los 8 años empezó a estudiar piano, pero también tenía el sueño de ser piloto. Su papá no podía pagarle la carrera en Colombia, y decidió probar suerte en Estados Unidos. En Los Ángeles las cosas no fueron fáciles.
Para graduarse y pagar sus gastos, tuvo varios trabajos al mismo tiempo y, en algún momento, incluso tuvo que dormir en la calle, hasta que un amigo peruano lo acogió en su casa y lo motivó a no perder nunca la esperanza.
Trabajó un buen tiempo como piloto, invirtió en negocios y decidió volver a Colombia para enfocarse en su otra pasión: la música. Tuvo que empezar de cero y en el camino pensó varias veces en tirar la toalla, pero se dijo: “Después, ¿con qué me seco?”.
Perseveró hasta convertirse en uno de los referentes del género popular. Y así contestó nuestro cuestionario sonoro.
¿Qué nana le cantaban sus papás?
La verdad no me acuerdo. Lo que sé es que me dejaron caer de la cuna como a los dos días de nacido, imagínese qué irresponsabilidad. Yo creo que me cantaban ‘sana que sana, colina de rana’.
¿Canta en la ducha?
A la ducha, que es un lugar increíble, entro con el celular porque en cualquier momento se me viene algo, letra o melodía. Me ha pasado que cuando salgo y cojo el celular se me olvida lo que había pensado, así que vuelvo a abrir la regadera y a esperar que san Pedro me vuelva a inspirar.
¿A qué sitio va para inspirarse?
Cuando eres realmente un compositor, tienes que acostumbrarte a escribir y a componer donde sea, y en el lugar más raro. En el momento menos indicado te llegan canciones. A mí se me ocurren en medio de una conversación importante y me ha tocado decidir si pierdo la inspiración, porque no vuelve muchas veces, y continúo en la reunión.
Al principio, cuando no existían los celulares, andaba con grabadoras y mis bolsillos estaban llenos de papelitos. Hoy me gusta mucho salir a caminar por horas, y al regresar me siento en mi piano favorito, el negro, el acústico, el primero, que está en mi casa de Miami, donde he hecho casi todos mis éxitos.
¿Ha escrito una canción que jamás se ha atrevido a interpretar?
Sí, tengo muchas canciones de amor y, como no es la línea mía, están archivadas, listas para que otro artista las cante. Y hay canciones que no me he atrevido a cantar porque me delatarían.
¿A qué cantante imitaba cuando era niño?
A ninguno, no me lo van a creer, pero tengo muy pocos referentes de la música. En general soy un roquero. También me gusta el jazz, pero no soy muy fan de cantantes. Solamente hay alguien a quien admiro y es a Joaquín Sabina. Y cuando me tomo mis tragos, canto a Juan Gabriel.
¿Qué instrumento le hubiera gustado aprender a tocar?
Soy pianista y saxofonista, ‘surrungueo’ la guitarra y me hubiera gustado ser guitarrista, poder llevarla a todos lados, y no tener que esperar a que llegue al piano.
¿Qué canción lo hace llorar?
¡Wooww! Tenemos un problema y es que aquí contestando ya estoy llorando, soy un llorón. Lloro con la oleada de un pañuelo, soy muy sensible, muy sentimental. Antes de mostrar una canción a mis seguidores ya me la he llorado en los acordes, en las letras. Tengo unas que no soporto, muchas de rock, pero especialmente me hacen llorar varias de Juan Gabriel. Y una llamada Angel, de Sarah McLachlan.
¿Con quién le hubiera gustado compartir escenario?
Con Juan Gabriel.
¿Los Beatles o los Rolling Stones?
Está dura, pero si me toca escoger, los Rolling Stones.
¿Cuáles son los tres mejores conciertos en los que ha estado entre el público?
Nunca me han gusto los tumultos, y soy cantante, pero no me gusta ir a conciertos. Sin embargo, el mejor regalo me lo hizo mi hermano Juan Felipe, que me llevó a ver a Joaquín Sabina en Medellín, hace tres años. Me puso en primera fila. Quisiera ir a uno de Aerosmith y de Guns N’ Roses.
¿Cuál es su top de artistas populares?
Por trayectoria, respeto y admiración: Darío Gómez, el Charrito Negro, Luis Alberto Posada, Yeison Jiménez, Jessi Uribe, Pipe Bueno y Jhon Álex Castaño.
¿Qué canción lo devuelve a la adolescencia?
Todas las de rock de mis bandas favoritas: Aerosmith, Rolling Stones, Guns N’ Roses, Cinderella. Y en lo latino, me devuelve a las fiestas familiares un Sergio Vargas, por ejemplo.
¿Cuál es la canción de su repertorio que más le gusta interpretar?
De las viejitas, Amor verdadero, y de lo nuevo, siempre la que acabo de lanzar.
¿Dónde cantó por última vez el Happy Birthday?
A mi hija y a mi esposa, porque cumplen muy seguido. Nos tocó en pandemia. Tiré la casa por la ventana porque hacía siete años no estaba en sus cumpleaños. Les hice un asado, les decoré el patio, les puse musiquita, las consentí mucho.